Abrasado por la lluvia que hay
Dentro de tu pupila
Intento vivir sin estas sombras
Escapando del más profundo yo
Vete, querida mía
Insípida fuente de vida
Vuelve cuando encuentres las cenizas
Inspirado en un amor que ya prendió
Resacoso de invierno
Álamo perdido en el páramo
Nube en la luz
Universo nunca escrito
Nunca hablado, a cada suspiro
Callado en el reflejo de la sombra
Amor del que nunca pude escapar
Eres beso, eres Luna
Sueño de luz dorada
Tierra de bosques y recuerdos
Eres Luna, eres verso
Eres gota de nieve en el desierto
Todo aquello fruto del roce
Entre la manzana que nunca se vió
Resquicio de piel
Nacida entre tus labios
Oxidada en cada paso
Vida inerte que en la arena quema
Éxtasis fruto del despertar
Región donde el amor
Terrible verdugo insaciable
Inocente aprendiz de mi alma
Grite de paraíso en el lecho
Oscuro vestigio de mi ser
Querer nunca está al alcance de mi mano
Umbral desconocido de fuente inagotable
En mí mismo vives, en mi pecho duermes
En mi pecho gritas, en mi pecho callas
Secuestrada por el radiante enigma
Me sentí extremadamente frágil
Intimidado y estremecido
Raramente adormecido
Ante el fugaz destello
Raíz de tu mirada
Testigo de tu sonrisa
Era el eco de cristal
Ávido de ser libre
Libertad de estar encarcelado
Olvido dentro de tu prisión
Sin escalofrío en el que oírte
Ojos que lloran
Jaurías de mares
Ojos que viven
Sin dejar de amarte
No hay piedra suficiente para tallar esta tumba, para sepultar este miedo, para doblar el vidrio que todo el mundo parte. El miedo inscrito en la primera letra de cada verso.
''Nadie vivirá nunca este eterno vértigo que es mirarte a los ojos''
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